Las siguientes poesías están inéditas para el mundo del internet en español, por lo menos, son las poesías escritas por el gran filósofo y pensador Federico Nietzsche.
Esta poesías las encontré en una edición vieja del libro “El crepúsculo de los Dioses” que perteneció a un bisabuelo mío anarquista que leía Nietzsche ( no soy anarco ancestro, pero gracias por los libros igual! ). Claro esta las pase a mano, hermoso trabajo en el cual se aprecia los versos y palabras.
Son 12 versos en total, los que componen el cántico del príncipe Vogelfrei ( pájaros libres).
Iré publicando de a tres así ven leyendo de a poco y no les parece tan denso.
Cántico del príncipe Vogelfrei
(Libre como un pájaro)
Goethe
Lo imperecedero
es mero símbolo;
el insidioso Dios
resulta poeta.
La rueda del universo
da vueltas completas;
el odio la llama miseria,
el loco dice que es un juego;
el juego del mundo caprichoso
mezcla el ser con la apariencia.
¡La eterna Locura se mezcla!
La vocación de poeta
descansando a la sombra de los árboles,
cuando oí dar golpes
suavemente, como quien lleva el compás.
Quise enfadarme, hice un gesto,
pero acabe por resignarme,
y por fin, yo mismo, como un poeta,
me puse a hablar en consonante.
Mientras hacia versos,
silaba à silaba,
me eche de pronto à reír,
y reí lo menos de un cuarto de hora.
¿Tú poeta? ¿Tú poeta?
¿Has perdido la cabeza?
“Si señor; es usted poeta.”
Pero el pájaro se encoge los hombros.
¿A quien acechas en el matorral?
¡Bandido! ¿A quien quieres sorprender?
¿Es una sentencia? ¿Es una imagen?
En seguida pongo la rima;
de todo lo que se arrastra, de todo lo que salta,
el poeta hace en seguida un verso.
“Si señor; es usted poeta.”
Pero el pájaro se encoge de hombros.
Las rimas son como flechas;
todo se agita y tiembla
cuando la flecha penetra
en el cuerpo de la pieza.
¡Mueres, pobre diablejo!
¡Como no sea de embriaguez!
“Si señor; es usted poeta.”
Pero el pájaro encoge los hombros.
Versículos torcidos, llenos de precipitación:
Palabritas, que se atropellan;
Hasta que, renglón tras renglón,
todo queda ensartado en la cadena.
¿Y habrá gentes crueles
a quienes esto divierta? ¿Poetas sin Corazón?
“Si señor; es usted poeta.”
Pero el pájaro se encoge en los hombros.
¿Te burlas, pájaro?¿Te ríes?
¿Tendrás trastornada la cabeza?
¿Lo estará más mi corazón?
¡Cuidado no tengas que llorar!
Pero el poeta deja sus rimas,
Aun irritado, breves y sinceras.
“Si señor, usted es poeta”.
Pero el pájaro se encoge de hombros.
En el Mediodía
De una torcida rama vedme suspendido;
balanceo mi fatiga;
de un pájaro soy huésped; descanso en el nido de un ave.
¿Dónde estoy? Lejos, ¡ay! Muy lejos.
La blanca mar esta dormida; en su superficie una vela de púrpura;
una roca, una higuera, una torre y el puerto,
cándidos idilios, balidos de carneros.
Inocencia del Mediodía, ¡acógeme!
Andar al paso, ¡que vida!
Ese andar vuelve alemán y pesado;
yo he dicho al viento que me lleve;
el pájaro me ha enseñado a volar;
con rumbo al mediodía ha atravesado el mar.
¡Razón, tétricos negocios!
El fin estaba entonces demasiado próximo;
He cogido al vuelo lo que me hacia burla;
¡siento subir la savia y el valor
para una vida nueva y un nuevo fuego!
Pensar solo, es sabiduría,
¡cantar solo, seria estupido!
Oíd un cántico en vuestro obsequio;
sentaos a mí alrededor.
¡Silencio, pájaros malignos!
Tan joven, tan falso, tan vagabundo;
Pareces hecho para el amor
y para los dulces pasatiempos…
En el Norte (dudo al confesarlo)
ame a una mujer tan vieja, que daba grima.
Verdad se llamaba la vieja.
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