PROSA REBELDE Y ANTISISTEMA

Es un blog dedicado a la poesia diferente al verbo sangrante que en llamas revela el interior humano. Es un verbo rebelde y combativo lleno de odio y de amor de dolor y de grandeza. Es la contraposicion del ser. Es poesia del asfalto para el asalto. Asaltamos el mundo con unas palabras y como estandarte un sueño. Para el imperio solar y la revolucion espiritual. Poesia del asfalto para el asalto.,,

domingo, 7 de febrero de 2010

El Camino de los Reyes - Robert E.Howard - Poesia Epica


En los escritos de este hombre se Basaron las historias de Conan que muchos de nosotros vimos de jovenes, y las famosas peliculas en las que actuo Arnold Scharzenegger.
Les dejo la poesia en dos idiomas para que puedan apreciar el original y la traduccion.


The road of kings

Robert E. Howard (EEUU, 1906-1936)

Gleaming shell of an outworn lie;
fable of Right divine-
You gained your crowns by heritage,
but Blood was the price of mine.
The throne that I won by blood and sweat,
by Crom, I will not sell
For promise of valleys filled with gold,
or threat of the Halls of Hell!
When I was a fighting-man,
the kettle-drums they beat,
The people scattered gold-dust before my horse's feet;
But now I am a great king,
the people hound my track
With poison in my wine-cup,
and daggers at my back.
What do I know of cultured ways,
the gilt, the craft and the lie?
I, who was born in a naked land
and bred in the open sky.
The subtle tongue, the sophist guile,
they fail when the broadswords sing;
Rush in and die, dogs -
I was a man before I was a king.


El camino de los reyes

Cuando era un gran guerrero, resonaban
Los tambores en mi honor.
El pueblo esparcía polvo de oro ante
Los cascos de mi caballo.
Más ahora que soy rey, la gente murmura
a mi paso con disgusto.
Y temo hallar veneno en mi copa, y recibir
una cuchillada por la espalda.
Reluciente concha de una vieja mentira,
Fábula de derechos divinos,
Tú ganaste tu corona por herencia,
Pero la sangre fué el precio de la mía.
El trono que yo obtuve con sangre y sudor,
Por Crom, que jamás lo venderé,
Ni por un valle lleno de oro, ni ante la
Amenaza de los fuegos del infierno.
¿Qué se yo de los usos cultos, del lujo,
de sutilezas y mentiras?
Yo, que nací en una tierra inhóspita
Y que fuí amamantado bajo el cielo.
El lenguaje sutil, la astucia, todo fracasa
Cuando cantan las espadas.
Venid a morir, perros.
Sabed que fuí un hombre,
Antes de ser rey.

Labels: Robert E. Howard

El Hidalgo Barbaro

sábado, 6 de febrero de 2010

Elegia del Sur - Leopoldo Marechal - Poesia Nacional



ELEGIA DEL SUR

1


Cuatrero pañuelos blancos,
cuatro celestes:
cuatro colorados
me dan la muerte.

Has regresado a la juiciosa tierra
donde te llama un canto prisionero:
allá, donde guitarras ofendidas
lloran tu desamor.

Porque tu voz no tiene inocencia
ni el orgullo temple de otros días,
a la tierra frutal has regresado
y a la casa del viento,

solo por ver si todavía es hora
de animar una música sin alas
y redimir el deshonor que sufren
cordajes lastimados.

Centro del mediodía y de la tierra,
galopas hacia Maipú:
tu corazón redobla y tu caballo,
tambores fraternales.

¿Qué perdido sabor, que sed antigua
te llevan a la loma de Maipú,
y las frías estancias del silencio,
y la heredad sin llaves?

¿Acaso piensas rescatar el oro
de los días borrachos que danzaban
sobre la loma de Maipú, en el tiempo
de las grandes cosechas?

¡Ay, como ayer tu corazón se engaña,
centro del mediodía y de la tierra:
galopa sin quererlo hacia su llanto,
hoy como ayer y siempre!

2

Esta la casa de la loma, el huerto
que nunca fue negado paraíso:
junto al álamo verde has desmontado,
y se nublan tus ojos.

¡Ah, como una morada se derrumba
cuando le niega su puntual el hombre!
Grito de barro en el desierto, ¡como
se disipa una casa!

¡Y como la llanura le ha estrechado
su cerco en deliciosas primaveras,
y la sojuzga en su invasión de flores
y espinas militares!

Mira ese techo que duraba entonces,
Armonioso de pájaros y lluvias:
hoy bajo la presión de tanto cielo,
se resquebraja y cae.

Y mira las ventanas del Naciente,
que se abrían al sol y otros viajeros:
¡Con que dureza clavan en la loma
sus ojos reventados!

Busco el pulso batiente de la casa,
busco su detenido corazón
en el silencio mineral que sudan
estas cuatro paredes.

Aventa con tus manos la ceniza,
busca el fuego de ayer en las alcobas
donde hoy queman sus flores apretadas
cardos negros y azules.

Y si puedes, rescata lo robado
por ese adusto gavilán del tiempo:
¡Resucita, si puedes, una infancia
que durmió en Maipú!

3

Lloras, ¡ah1, como fluye sin quererlo
tu llanto por la casa derrotada,
por la cosecha de hombres que la muerte
levanto en la llanura;

Por la disipación de tantos cuerpos
que tocaban la tierra sin herirla
y el ausente calor de tantas manos
hechas para la fruta;

Por las caras lustrosas que reían
o lloraban a tiempo bajo el sol,
en las cuatro estaciones de la pena
y en las cuatro del gozo;

Por los callados hombres de la loma
que agitaban, empero, un torbellino
de rebaños ardientes, ¡y era como
si la tierra cantara!

Lloras, ¡ah, como fluye a mediodía
tu llanto por la usura de la muerte!
¿Dónde buscar es mazorca de hombres
y aquel sabor perdido?

Allá, en el bajo de Maipú reposan
después en su batalla con la tierra:
ni vencedores ni vencidos, caen
bajo la ley del sueño.

Se han acostado al fin de la llanura:
duermen allá, en el bajo de Maipú,
todos los reconciliados con la tierra
en un abrazo ultimo.

4

Junto al álamo verde te demoras:
limpia tu llanto el sol, flechero rojo,
y tu mirada en la llanura vuela
de horizonte a horizonte.

El mediodía es fuerte como un vino,
joven es la luz, desmemoriado el cielo:
¡duerman en paz los de la loma, queden
en paz los evadidos!

Porque la luz es joven, y la tierra
sepulta con su honor a sus caídos
y en otras manos pone su batalla,
siempre fiel a si misma.

Y porque la canción en otros labios
ya no guarda memoria de los muertos,
y como ayer esta en su primavera,
fiel a si misma siempre:

Una vez clavelina
y otra vez clavel,
y otra vez lucerito
del amanecer…

Leopoldo Marechal

EL HIDALGO AL SUR...