“Renunciar a mi pasión es como desgarrar con mis uñas una parte viva de mi corazón.”
El más famoso de todos los escritores italianos modernos. Biografía. N. en Pescara el 12 mar. 1863. M. en Gardone (Brescia) el 1 mar. 1938. Su padre se había cambiado el apellido Rapegnetta por el de D'Annunzio antes de que naciera Gabriel. Éste pasó sus primeros años en la ciudad natal. A los P1, entró interno en un colegio de Prato, donde destacó por su precoz ingenio y por su generosidad de espíritu. En 1879, cuando tenía sólo 16 años, publicó Ode a re Umberto; y su fecundísima actividad creadora no se interrumpiría ya en toda la vida. La col.de versos Primo verso (1880) le proporcionó ya una vasta celebridad, cuando era todavía un adolescente. La crítica la juzgó una revelación. Terminados sus estudios medios, pasó a la Univ. de Roma en 1881. Comienza entonces su brillante vida social y amorosa, pero sin que decaiga su actividad literaria. El poeta se propone hacer de su misma vida una obra de arte. Se casa con María Hardouin, duquesa de Gallese, de la que tiene tres hijos. En 1885 resulta herido en un duelo. En 1889 publica la primera novela, Il piacere (El placer), compuesta en pocos meses el año anterior durante su permanencia en un antiguo convento, propiedad de un amigo. Su exaltada sensualidad y su actitud de superhombre nietzscheano provocan con esta publicación abundantes críticas, que lo dejan indiferente. Aquel mismo año hace el servicio militar como voluntario en caballería.
La novela L'innocente, traducida al francés, divulga su fama fuera de Italia. En Nápoles (1893) se enamora de la princesa M. Gravina, de la que tuvo una hija: la Sirenetta de Notturno. Realiza en 1895 su soñado viaje a Grecia. Diputado por la mayoría conservadora en 1897, pasa clamorosamente en 1900 a la oposición izquierdista. Comienza en 1897 su actividad teatral con La cittá marta, escrita para la actriz Eleonora Duse, de la que se había enamorado hacía dos años. Su canción A la muerte de G. Verdi entusiasma a Carducci (v.), cuya muerte sería también cantada por D'Annunzio (1907). Su principesca prodigalidad le lleva al borde de la ruina en 1910 y marcha a París. Allí escribe en francés Le martyre de Saint Sébastien, al que pone música Debussy y obtiene un gran éxito. Al estallar en 1914 la Guerra mundial D'A. pide la intervención de Italia al lado de los aliados. Cuando Italia declara la guerra a Austria, parte para el frente. Es famoso su vuelo sobre Viena. Vuelve de la guerra sin un ojo y cargado de condecoraciones. El 12 sept. 1919, a la cabeza de 287 legionarios, ocupa Fiume, a la que Italia parecía renunciar. El Gobierno hace cercar la ciudad y luchan italianos contra italianos. El 28 enero D'A. abandona la ciudad. La época más intensa y más vistosa de su vida había terminado. El poeta se retira a su villa Il Vittoriale en Gardone Riviera, que, por haberla él donado al pueblo italiano, se llama hoy 11 Vittoriale degli Italiani. En 1924 el rey le concedió el título de príncipe de Montenevoso. Pocos meses antes de su muerte, en septiembre de 1937, fue nombrado presidente de la Real Academia de Italia.
Obra literaria. Esta vida, tan intensamente vivida hacia el exterior, no le impidió en ningún momento (exceptuado el periodo bélico) dedicarse con igual intensidad a su obra literaria. La edición nacional de sus obras comprende 49 volúmenes. En muchos de ellos, por su carácter autobiográfico o por simple versión lírica de su biografía, se ve hasta qué punto aquella vida halló reflejo en su obra. Tres son las principales vertientes de su producción literaria: la lírica, la narrativa y la dramática. En todas ellas ocupa uno de los primeros puestos entre sus contemporáneos.
La lírica. Cuando tenía sólo 17 años dedicó a su primer amor el Canto novo (1882), que es una exaltación pánica de la naturaleza, de la que él se sentía plenamente partícipe. En Intermezzo di rime (1884), líricamente inferior, el poeta hace demostración de su dominio técnico del verso. Una difusa musicalidad invade los poemas de Isotteo y la Chimera (Quimera), ambos también de 1884. El virtuosismo técnico, la armonía perfecta del lenguaje y, como consecuencia de todo ello, la cautivadora musicalidad, que son las cualidades externas más notables de la lírica dannunziana, se logran totalmente en las Elegie romane (1891) y en el lánguido Poema paradisiaco (1893). Culminarán en los tres libros de Laudi: Maia y Alcyone (1903) y Elettra (1904). Un cuarto libro, Merope, fue añadido a Laudi en 1912. Algunos críticos han dicho, y quizá no les falte razón, que, en medio de tanto esplendor de formas, la verdadera poesía, la que brota de una íntima efusión del alma, está ausente de la obra de D'Annunzio.
La prosa. Su primera novela, El placer (1889), perfectamente lograda desde el punto de vista artístico, es, en forma autobiográfica, una exaltación sensual del mito nietzscheano del superhombre; una gran parte de la crítica la rechazó escandalizada. En la misma línea de amoralismo para criaturas privilegiadas están también otras novelas como Le vergini delle rocce (1896), Il f uoco (1900) y Forse che si, Forse che no (Quizá sí, quizá no), 1910. Destacan también Giovanni Episcopo y El incente, las dos de 1891 e influidas ambas por la novela psicológica rusa. Quizá lo mejor de toda su obra narrativa sea Il trionfo della morte (1895) y la prosa lírica del Notturno, escrito en los días de su ceguera a causa de las heridas de guerra; y junto con ellos la meditación en forma de relato titulada Contemplazione della morte (1912).
El teatro. Fue la última de sus experiencias literarias. En 1897 compuso para Eleonora Duse, además de la ya citada La cittá marta, el drama lírico Il sogno di un mattino di primavera, que obtuvo escaso éxito. En La Gioconda (1899) se plantea el conflicto entre la moral pagana y la moral cristiana. Inspirados en el mismo amoralismo que domina en gran parte de sus novelas, están sus dramas La Gloria (1899), Francesca da Rimini (1901), La fiaccola sotto il moggio (La chispa bajo el mazo), 1905, La nave (1908), Fedra (1909) y otros. Uno de sus mejores dramas, y sin duda el más universalmente conocido, es La figlia di Iorio (1904), bellísima fábula pastoril ambientada en su tierra natal, el Abruzzo. La obra de D'Annunzio ha ejercido notable influjo tanto en el modernismo (v. ii y iii) español como en el hispanoamericano.
EL INEFABLE GOZO
...Celebra el grande, el inefable goce
de vivir, de ser joven, de ser fuerte,
Gabrielle D´annunzio
Arriesgarlo todo en un segundo...por nada...y por todo
El Hidalgo
1 comentario:
Leer "El inefable gozo" siempre se goza :3
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