es solo un corte,
una pequeña ayuda para lo que vendrá
- creedme los golpes enseñan -
para lo que tiene que venir,
para lo que quiero que venga.
He aquí un nuevo corte,
un nuevo corte en el rostro del mundo,
mi rostro,
mi mundo.
Todos los cortes arden y duelen,
de ellos fluye roja y caliente sangre,
los pensares paran,
los sentimientos dominan,
la queja y la maldición pegan su grito,
mas estas no son heridas mortales,
estos pequeños dolores son experiencia,
son simples rasguños, se trata de un juego de niños.
Los cortes cicatrizan y la sangre ha de volver a su curso natural,
las maldiciones y quejas se callan una vez absorbido el dolor del impacto y el corte,
es momento de ver ni aquí ni allá,
es momento de ver un poco mas abajo,
desde arriba hacia abajo,
elevándonos por sobre el dolor,
e intentando comprender la nueva revelación:
"Ni amores, ni odios;
Ni verdades, ni mentiras;
Victorias y derrotas, Guerra y Paz;
Un tiempo para cada cosa;
Un excelente dominio sobre estas artes;
Te levantaras tantas veces como caigas;
Guerra y Paz, ambas son un medio y para un fin;
¡NADA EN DEMASÍA!"
¡Oh cuantos odios nacen de los amores y viceversa!
¡Cuanta verdad a medias!
¡Cuantos dueños de medias verdades!
¡Que poca visión para reconocer en la contra parte algo de lo propio!
¡Ay, cuanta Paz violenta y prolongada!
¡Ay cuanta Guerra silenciosa!
¡AH!
¡Como arden mis heridas!
¡Cierren ya malditas!
Matias Daniel
2 comentarios:
Muy buena poesía
Sangrante, como un buen corte. Muy buena.
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