PROSA REBELDE Y ANTISISTEMA

Es un blog dedicado a la poesia diferente al verbo sangrante que en llamas revela el interior humano. Es un verbo rebelde y combativo lleno de odio y de amor de dolor y de grandeza. Es la contraposicion del ser. Es poesia del asfalto para el asalto. Asaltamos el mundo con unas palabras y como estandarte un sueño. Para el imperio solar y la revolucion espiritual. Poesia del asfalto para el asalto.,,

martes, 19 de junio de 2012

Homenaje a la Bandera Que me “Enseña Patria”… - Poesia Patriotica - Diego Mazzieri



Hoy 20 de junio cuantiosos apátridas,
a la Bandera de mi Patria simularán honrarla…
Trescientos sesenta y cuatro días contra ella blasfemando,
y uno solo simulando amarla…

Llevarán todos con sus manos la Bandera de mi Patria,
que según ellos es la más grande por ser la más larga,
pero nada diciendo sobre sus grandes hazañas:
aquellas de Obligado, y las Selvas Tucumanas,
las de Monte Chingolo y la que resistió en La Tablada,
la de la Cordillera de los Andes y la Primera en la Antártida…

La que junto a Liniers al piratón imperial expulsaba,
siendo el manto de la Virgen
cuando todavía no fuera creada…

La que imponente llegó, de Océanos a puertos lejanos,
con el timón de Bouchard, más patriota que corsario,
para que la reconozcan California, el Hawai,
las Filipinas, Madagascar y demás soberanos,
a bordo de “La Argentina”, una Brava Nación resumida en un barco.

La que con el Gaucho Rivero, tremoló en Malvinas ante presencia pirata.
Y la que altiva volviera un día testimoniando
que nunca a la tierra en que se izó, estará abandonando,
Porque cuando en finca foránea pisara
solo fue para emanciparla,
Más nunca con intereses bastardos ir, a colonizarlas.

Bandera que penosamente se convirtiera en mortaja,
Envolviendo a sus hijos que perecieron por amarla,
O también a tantos traidores por imposición forzada…

La que en recóndita pena permaneció a media hasta,
por injustas causas en las que correspondía izarla,
porque mi bandera nunca por el enemigo pudo ser en batalla mancillada,
a diferencia de los sucios trapos de los miserables piratas,
en que mi humilde Patria a sus banderas logró capturarlas…

Inspirada con el Sagrado Corazón de Jesús,
en su nombre Manuel Belgrano,
nos legó una bandera que por no ser bandería
perduró estos sempiternos doscientos años.

Y allí, allí está mi Bandera,
tremolando instituciones apátridas,
en que día a día trabajan por agraviarla;
y en la que muchos del gobierno pretenden reemplazarla;
porque admiran más la sionista estrella,
que el incaico sol que nuestras raíces resguarda,
con su resplandeciente amarillento, heredad de nuestra Madre Patria.

En el Monumento de su cuna dirán saludarla,
los mismos que dicen no creer en Bandera, ni en Dios ni en la Patria,
y que el nacionalismo es sentimiento tiránico y falso,
no así sus traiciones, mentiras, corrupciones y asesinatos…

Honrarán una bandera que no es nuestra
porque hasta sus colores le han cambiado,
del impetuoso azul del cielo y el manto de la Madre sagrado,
por el enclenque celeste, masónico y unitario.

Desfilarán militares, ya ni fuertes ni armados,
saludando a los tiranos que los han sojuzgado,
sin hipótesis de conflicto,
porque al enemigo todo pacíficamente le estamos regalando.

Tararearán el Himno,
cuán mangas de tarados,
porque cantarlo les da ya vergüenza
no así sus ridículas modas y comportamientos de esclavos.

Se reivindica la bandera, en deportes vanos,
creyendo que sus jugadores son grandes soldados.
Y con los goles las victorias, loas y aplausos,
que nunca recibirán nuestras gestas, y nuestros veteranos,
que en genuina gloria han participado…

Se jurará la Bandera, cuan vil Juramento en Vano,
los mismos que no tienen más bandera,
que la corrupción, el cipayaje y el narcotráfico.

Pero si Jesucristo por la verdad,
pereció en calvario
y con él triunfó para siempre sus palabras y sus actos,
confío que tu pasión ¡oh manto virginal del cielo Sagrado!,
serás algún día Aurora de una Nación sin esclavos.

Bandera ¡oh cuán esplendoroso paño!,
a pesar de tanta hipocresía, eufemismos y engaños,
tu eres invencible porque estás allá en lo alto,
más cerca de Dios que los hombres,
que luchan por negarlo.

Bandera que Enseña Patria,
porque tu azul de la Virgen luchó contra el rojo del diablo,
y a pesar de ser mandinga maligno, poderoso tentador, cuan infiltrado,
no podrán en el juicio final,
con la verdad, la bondad y la pureza de tu blanco.

A pesar de los dobles discursos,
falsas dialécticas y políticas de esclavos,
ante tanta traición, mentiras y engaños,
Quiero ser Bandera tu Mástil
porque si caes caigo.
y no quiero más mortaja que el azul,
¡EL AZUL Y BLANCO!

Y la que con el alma de Herminio Luna,
Nunca cayó ante ataques bastardos,
¡acá no se rinde nadie mierda!
¡VIVA LA PATRIA! ¡VIVA LA PATRIA Y SUS COLORES CARAJO!


Diego Nicolás Mazzieri.

jueves, 14 de junio de 2012

El Volchow - Poesia Española - Dionisio Ridruejo


Guerra del corazón. Dios con espadas
de nieve; asalta las auroras frías;
torres del sueño, humanas agonías,
resisten en la tarde enamoradas.

Otra guerra secuestra las miradas,
que apenas ven, sobre la estepa inerte
sin flor ni roca: campos de muerte,
crudeza de las sendas reveladas.
Desde la sangre al alma persevera,
-álamos de oro dulce, tierna rosa-
como en otoño azul, mi primavera.

Pero Tu voz, Señor, duele y acosa.
Ya escala el muro piedad severa,
toda la luz desierta y silenciosa.

Cieno en los pies y estrellas en la frente
Tristes, tristes aldeas de madera.
Un álamo. Gorriones. Ojos mansos
de larga esclavitud y pobre tierra.
Infinita la sed que ya no sabe
de sí, junto a este río que se hiela,
y, en frente, el fuego, al fin, enardecido,
con la muerte acostada en la ribera.



Cieno en los cuerpos, en las armas. Joven
el corazón lozanamente acecha.
Envolviéndonos triste, triste pueblo
que nada pierde porque nada espera,
gleba de Dios paciente en la llanura,
humildad resignada y sin promesa.

Con trigales, y fuentes, y montañas,
el soldado defiende su promesa
mientras abriga al corazón un barro
de compasión y de nostalgia eternas.

"El Volchow". Dionisio Ridruejo (1941)

CELEBRACION Y ELOGIO PARA UN CORTE DE MANGA - Poesia Patriotica - Juan Luis Gallardo

 
Por Juan Luis Gallardo

Te vi en una película llegada de Inglaterra
con la versión británica respecto a nuestra Guerra.
No importa la película pues haré referencia
de su extensión tan sólo a una breve secuencia.

El Gral. Menéndez, la historia ha de juzgarlo,
ya resignó su sable sin llegar a empuñarlo,
bajo cielo plomizo bajo custodia armada
avanza una columna para ser embarcada.

Marchan nuestros soldados arrastrando las botas,
envueltos en sus mantas y masticando derrotas,
y marchabas con ellos en el extremo izquierdo,
de una fila marchabas según lo que recuerdo.

Caminabas a largas zancadas desparejas
y llevabas el casco metido hasta las cejas;
los dientes apretados el ceño de tormenta,
su bigote era hoguera despeinada y violenta.

Bigotes colorados de bárbaro insepulto;
bigotazos propicios al alcohol y al insulto.
Caminabas con largas zancadas insolentes;
las cámaras siguieron tus pasos con sus lentes.

Caminabas ajeno a tales circunstancias,
la mirada sombría perdida en las distancias.
Al frente la mirada y en los tímpanos ecos
de cien mil estampidos repetidos y secos.

Sin embargo, de pronto, después de haber pasado
delante de las cámaras feroz ensimismado,
reparaste en el rol, el rol involuntario
que protagonizabas para el bando adversario.

Desandaste lo andado y altivo, compadrón
te plantaste delante de la televisión.
Registró el celuloide tu estampa socarrona,
con los brazos en jarras, la sonrisa burlona.

Tus bigotes de lacre a la sombra del casco,
dibujan un visaje de humor, de bronca, de asco.
Entonces, lentamente, cincelaste en un gesto
la actitud inequívoca de quién conserva resto.

Fue el tuyo un admirable corte de manga clásico,
planetario, doméstico, académico y básico.
Fue un gran corte de manga, armonioso directo,
superlativo homérico, delicioso, perfecto,

sublime, cosmogónico, excelso, escatológico,
musical, metafísico, ejemplar, pedagógico.
Te agradezco soldado tu arrebato atrevido,
aunque ignore tu nombre e ignore tu apellido.

Ni siquiera llevabas distintivo ninguno,
anónimo guerrero del sarcasmo oportuno.
Agradezco tu gesto repentino y audaz;
agradezco tu gesto patriótico y procaz.

Simbólico exabrupto, dirigido tal vez
no solo al enemigo, al vencedor inglés,
sino a la cobardía de aquel jefe prudente
que jamás ocupó su lugar en el frente;

al superior cobarde y al gobernante inepto;
al cálculo fallido y al errado concepto;
al cauto periodista que retaceó su aliento
al especulador que aprovechó el momento;

Al político dúplice, al literato críptico,
al abogado cómplice, al ideólogo elíptico,
al funcionario escéptico, al mendaz catedrático
al ámbito soviético y al mundo democrático.
Al este y al oeste, al imperio británico,
las Naciones Unidas y su Estatuto Orgánico,
a la Comunidad mercantil europea,
a cada voto adverso emitido en la OEA,

Al modo como actuaron los norteamericanos,
a las Ligas que agitan los derechos humanos.
Celebro, combatiente, tu gesto simple y gráfico,
tu rotundo ademán docente y pornográfico.

Tu gesto dirigido hacia todos los vientos,
Que involucra no obstante opuestos sentimientos,
Pues implica un arranque de gratitud primaria,
que puede establecerse por deducción contraria.

Tu repudio, en efecto, también es expresión
de apoyo para quienes te dieron su adhesión.
Expresión paradójica de afecto transitivo
Abrazo recato, tangencial, primitivo.

Escueta acción de gracia al pueblo solidario
Y al generoso impulso de cada voluntario,
y a cada escarapela que adornó una solapa,
y a cada plaza llena que animó nuestro mapa.

Al aporte entregado en la colecta pública,
A la emoción patriótica de toda la República,
A los tantos rosarios desgranados en coro,
Pidiendo la victoria o una paz con decoro,

A la voz espontánea, diferente y genérica,
de apoyo que elevaron las naciones de América,
al piloto esforzado y al marino cabal,
al conscripto, al gendarme, al cabo, al oficial,

que suplieron cumplir con su deber de soldados
en aquellos lejanos parajes desolados,
al jovial camarada que segó la metralla,
a la sangre fraterna derramada en batalla.
Por éstas y otras cosas que tu gesto delata,
lo celebro guerrero del bigote escarlata.
Celebro tu ademán, celebro tu talante,
celebro el alegato inscripto en tu desplante.

Y propongo que el bronce conserve en alegórico
monumento tu gesto canyengue y metafórico.
Tu brazo proyectado en trunca trayectoria
nos estará indicando el rumbo de la Historia.

Con su órbita inconclusa, tu antebrazo ascendente
dirá de la existencia de un asunto pendiente.
Plástico y elocuente tu ademán detenido
gritará que la guerra no es no es asunto concluido.

Pues allí, circundadas por espuma revuelta,
LAS MALVINAS esperan, esperan nuestra vuelta.
Y tu corte de manga nos señalará el camino
Que nos lleve otra vez hasta PUERTO ARGENTINO