de JUAN PABLO VITALI
“La poesía es el fundamento que soporta la historia.”
Martin Heidegger
¿Cuántas veces se ha hablado de poesía y revolución? Las izquierdas repiten una y otra vez que los poetas deben escribirle a la revolución. Es extraño que una ideología materialista como el marxismo, por ejemplo, pida a los poetas que le canten a su dogma para imprimirle algún tipo de espíritu. Pero la revolución es voluntad, por lo tanto se necesita contar con el favor de los espíritus.
Si no tomamos la palabra revolución en sentido progresista y le damos un contenido más amplio, como el de un cambio respecto al orden establecido, podemos encontramos con otro tipo de revolución. Una Revolución Conservadora (como la que en los años veinte y treinta hubo en Alemania), por ejemplo. Una revolución que quiere justamente invertir el orden impuesto por el progresismo. Entonces tenemos más libertad, con respecto al reconocimiento de factores no materiales en la historia humana, y cierta coherencia respecto al papel de la poesía en la revolución.
El tipo de hombre que pretende producir cambios revolucionarios, si es sincero, busca mejorar una sociedad que considera injusta. Una idea bastante poética sin duda, aunque se trate de un revolucionario de concepciones que consideremos equivocadas y poéticamente contradictorias.
Sabemos que, en ocasiones, los revolucionarios siguen alternativas falsas y van hacia un sacrificio inútil. Muchos sinceros revolucionarios soviéticos, por ejemplo, se sorprenderían de los resultados a los que llegó una revolución en la que poéticamente creyeron. Si es que les quedó algo de poesía, después de contar los millones de muertos que originara.
Eso sí, lo que nunca voy a entender, es cómo alguien que se considera poeta puede inflamar su espíritu con doctrinas antiespirituales. Y pese a que nunca desentrañaré el misterio, no dejaré por eso de admirar ciertos poetas que, al parecer, desconocen la importancia histórica del mismo principio que les otorgó el don de escribir, y que su propia ideología materialista pretende desconocer.
Pero un poeta revolucionario sólo se justifica por su obra. Si su obra es buena, aún en el error político el poeta sigue siendo poeta, de lo contrario, sólo es un revolucionario equivocado, algo que ciertamente puede terminar muy mal, como hemos visto tantas veces a lo largo de la historia.
El plano político no es el plano poético, aunque no haya movimiento político completo sin su costado poético.
Los que sostienen una exaltación poética revolucionaria en base a ideologías materialistas deben resignarse a algo bastante obvio: es el espíritu y no la materia el fundamento de la poesía. De todos modos, ya tendrán ellos, seguramente, alguna forma ideológica de superar las contradicciones.
¡POESIA Y REVOLUCION!
4 comentarios:
Excelente texto.
Yo también grito ¡poesía y revolución!
miles de paisajes q inspiran
eso es america latina
inspiran arte, inspiran amor
inspiran sueños de un mundo mejor
respeto a lo natural
respeto a la madre
madre tierra tan golpeada
tan saqueada y explotada
maltratada por ese hombre ignorante
q hace tiempo se olvido de dios
y por los q llevan como bandera
el egoismo y la traicion
q seria de esta patria
si todo el pueblo se levantara
pa q devuelvan lo q nos han robado
la vida misma, querido hermano
q seria de nuestro suelo
de nuestros hijos y del mañana
si todo el pueblo se levantara
habiendo soñado esperanza?
tal vez esta america latina
dejara de ser polvo y ceniza
para este mundo loco y perdido
para los gringos y su capitalismo
y volviera a brillar solo y tal vez
como brillo alguna vez
tiempos de oro, regocijo
tiempos de sueños cumplidos
Quisiera escupir las notas
que hiciesen resquebrajarse
este podrido sistema,
terremoto musical
que derrumbase el parlamento
con esas ratas dentro.
Es pensarlo y ponerme cerdo.
Lo siento señoría
no me representa.
Me pone las cadenas.
¿Y espera que aplauda
con las orejas?
No, joder,
yo quiero verle muerto,
fusilado por sus crímenes de estado.
Ojalá pudiera entonar
esa chispa que empezase el incendio
que redujese a cenizas
sus antiguas iglesias.
No, no hablo de edificios,
hablo de caducas
y repugnantes ideas.
Ojalá en un acorde consiguiese lograr
que el pueblo cogiese las armas
y tomase el cielo por asalto
entrando a tiros en el parlamento.
Ojalá mis locas notas,
consiguiesen terminar con el hambre,
detener cada desahucio,
que banqueros fueran gaseados
por sus crímenes
en contra dela humanidad.
Ojalá este crescendo,
rompiese los cristales de comisaria,
echase abajo los muros de las prisiones.
Ojalá este grito de rabia
lograse la paz
y ahogase a yihadistas
y señores de la guerra
en al sangre de sus victimas.
Ojalá este adagio cambiase el mundo,
ojalá..
Muy linda respuesta a Sir Heidegger Helena..
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